-Delega la responsabilidad pero no la autoridad, de este modo estarás siempre a salvo. Si sale bien lo hemos hecho entre todos y si sale mal, pues es que el otro es un poco torpe.
-Delega aquellas tareas que resulten desagradables, ¡no vamos a delegar las agradables!
-Desconfía del profesional a quien le delegas la tarea, lo mejor sería que le controles al milímetro evaluando la tarea que está haciendo, si es una persona cualificada le ayudará a sentirse útil y autosuficiente.
-Delega siempre cuando estés agobiado de trabajo, es el mejor momento.

-Intenta trabajar con el favor, así “te deberán una”, eso siempre es bueno
-Si alguien no puede hacer frente a la tarea que se le ha delegado, mejor decirle que lo deje. Que te apañas solito, al final se tarda más tiempo en explicarlo que en hacerlo uno mismo.
-Es preferible que se deleguen parcialidades de un proyecto, así nos aseguramos que no va a resultar muy costoso para el profesional en el que hemos delegado.
-Si después de delegar el resultado es el que querías, le felicitas en privado, y ya. Pero si por el contrario, el resultado dista mucho de lo que esperabas… ya sabes… que le cooooorten la cabeza!!!
¡Genial!
ResponderEliminarparece el manual de muchas empresas...